El dolor, la indignación, el asombro y la esperanza: así llegamos hasta aquí.
Esa mañana nos despertamos sin imaginar que nunca volveríamos a ser las mismas. Que Nicaragua tampoco lo sería.
Era 18 de abril de 2018.
Esa mañana nos despertamos sin imaginar que nunca volveríamos a ser las mismas. Que Nicaragua tampoco lo sería.
Era 18 de abril de 2018.